Me gusta reír; mi grandote y nuestro David, bailar; la noche; el olor a pan; los celtas; las hadas; las fotos; el Camino de Santiago; la curiosidad; escuchar una guitarra bien cerquita; el pensamiento veloz; el Auyantepuy; la piedra; los regalos porque sí; dormir; contar anécdotas; cenar con mis amigos; mojar pan en nescafé con leche; que me escriban; la gente generosa; Cortázar; Archer; Asimov; Tolkien; El Principito; El Nombre de la Rosa; leer; los vikingos; el olor a habanos que me recuerda a mi abuelo y el de tabaco negro que me recuerda a tío Enrique; el sonido antiguo del clavecín; los ríos; el jamón ibérico; Bilbao; el chocolate amargo; la Virgen del Pilar; recordar los dichos de mi abuela; los calamares en su tinta; los piropos; el Tarot; los símbolos antiguos; la risa de mis ahijados; los juegos de lógica y estrategia; hablar; tener razón; la torta de maíz de Guitiriz; los tatuajes; la salsa; el cielo de Caracas en diciembre; Mortadelo y Filemón; las películas viejas de chinos y de romanos; los papeles y lápices nuevos; armar cosas; Ásterix y Óbelix; la complicidad con mi ahijado Miguel; MC Escher; los chistes de Monty Phyton; la comida que hace mi madre; recibir postales; la ropa comeflor; la barba de mi tío; la cara de sorpresa de mi madre cuando lavo platos; la caja de botones de mi abuela; querer; que me quieran.
Cris! 